Tras siglos de aislamiento, más un siglo de guerra civil, humillación, revolución y hambre, la internacionalización china es una especie de prodigio, pero, como suele ocurrir, algunos se pasan, hablando que China es "amenaza" olvidando que China es un país en desarrollo que tiene problemas gigantescos por delante.
Desde un punto de vista histórico, China no hace más que repetir lo que antes hicieron sus vecinos asiáticos, Japón y Corea: al mismo tiempo que crece su manufactura, con utilización intensiva de mano de obra, se mueve a zonas de mayor valor añadido, diseño e innovación.
La internacionalización es resultado de la propia expansión de la economía china ya que las empresas chinas cuya capacidad supera el aumento de demanda interna, necesitan buscar nuevos mercados y dado esto se expande mundialmente dando productos de calidad.
También otro motivo de la internacionalización es el deseo de acceder a tecnología, a redes de distribución consolidadas, así como la necesidad de hacerse una imagen, es decir, que tengan valor de marca que son conocidas en el mundo y para adquirir posicionamiento, las empresas chinas recurren a fusión, absorción o adquisición de empresas extranjeras con su liderazgo en eficiencia y excelencia corporativa.
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